martes, 21 de diciembre de 2010

La leyenda de Zack: Capitulo 1

CAPITULO 1:
La llave de la liberacion

-¿Realmente cree que lo encontraremos  en Alberadin maestro?- Pasaron unos incomodos segundos en los que solo se oia el crepitar del fuego y los tenebrosos sonidos que solian acompañar la oscura noche del bosque, Takeda contesto sin apartar la mirada de las furiosas llamas –Siempre crispa cruzar la frontera, tienes que ser fuerte mi joven aprendiz, pero… son ordenes del consejo de ancianos- Takeda empezo a desatarse los correajes de las muñequetas que formaban parte de su armadura de Samurai, una espectacular coraza roja sangre, oscura, ornamentada con motivos japoneses, parecia mas una armadura de gala que una de combate,  se tomo unos segundos antes de seguir -ademas Yiang, me lo a pedido el amaestro Huadatsi en persona, como favor personal por supuesto- el aprendiz dudo pero se atrevio a preguntar por fin –¿sabe el consejo lo de… “el plan alternativo”?- Takada se detubo por un segundo con la mirada perdida, como con la mente en blanco, se giro hacia su pupilo al que miro con confianza –ese sera nuestro pequeño secreto, simplemente les diremos que no lo encontramos y nos destinaran a otras ciudades, solo hasta que Huadatsi hable con el consejo… ¿lo entiendes Yiang?- -Si, Maestro…- El chico tambien se libero de su traje de guerra, una armadura que recordaba a las corazas que antaño utilizaban los romanos, pero esta de un color naranja oscuro, con muchas muescas y abolladuras en el metal todo lo contrario que la de su maestro Tekada, se decia de el que nadie podia alcanzarle y muestra de ello era su inmaculada imajen, se quito el yelmo y se desizo el recojido dejando suelto su pelo negro y liso, nadie sabia exactamente que edad tenia, pero Yiang llebaba 5 años a su lado como aprendiz y esa era la primera vez que veia su rostro, quedo sorprendido, eclipsado por su aura de guerrero, su presencia era fuerte y poderosa. – Maestro, ¿recuerda algo anterior a su despertar? Tekada le miro directamente a los ojos como si Yiang fuese su igual –No. Nadie recuerda su vida anterior a “el despertar” aunque alcances en nivel de Maestro como yo, solo los ancianos tubieron una vida anterior, ya que fueron los unicos guerreros que sobrevivieron a la purga de los dioses. Como ya sabes, los dioses mandaron a los oscuros para eliminar por completo a el ser humano y como los ancianos del consejo burlaron a los dioses, estos condenaron al hombre a no poder reproducirse condenandolo asi a que el paso del tiempo extinguiera la especie, pero una vez mas los ancianos engañaron al destino y encontraron la forma de traer guerreros a este mundo como tu y como yo- -Y claro al llegar a este mundo ya adultos no es un nacimiento es un despertar- -Vas aprendiendo Joven aprendiz, pero no es tan sencillo, pertenecemos a otras epocas o a otros mundos, aunque eso nadie lo sabe con certeza, el hecho es que nadie recuerda su vida anterior- Yiang miraba a su maestro muy sorprendido, miro a su alrededor hacia la oscuridad nocturna del bosque, detubo su mirada unos segundos en el fuego -¿Y cuanto tiempo hace que no nace ningun humano Maestro?- -Mas de cien años joven Yiang… mas de cien años.. ahora, duerme, mañana sera un dia duro-. Yiang se tumbo para dormir, mientras que Tekada dormia sentado embolviendo su katana.

Ya estaban en camino cuando amanecia, sin embargo, los rayos del sol permanecian casi invisibles, ya que mas alla de la frontera unas densas nubes negras encapotaban el cielo asta tornarlo negro, y cuanto mas te adentrabas en aquellas tierras cuarteadas por la muerte, mas oscuro se tornaba el ambiente, solo los diablos podian sobrevivir en aquel paraje de muerte, diablos que aparecieron hace poco mas de un siglo precisamente para aniquilar la vida del planeta, almenos ese era su cometido. Los dos guerreros, Maestro y aprendiz, avanzaban sin pausa por lo que parecia la tumba de un antiguo rio rodeado de vijos pinos negros carentes de vida, pero en esta ocasión el rio cumplia la funcion de sendero –¿porque avanzamos tan al descubierto maestro?- Takeda se detubo mirando a su alrededor, hacia el bosque, luego centro su mirada en el joven –Fijate bien mi discipulo, en el bosque seriamos presa facil en cualquiermomento podrian tendernos una emboscada, ademas de avanzar mucho mas despacio claro- el pupilo asintio y añadio –Aveces hay que arriesgar siempre y cuando compense… Los dos guerreros siguieron avanzando en direccion al ultimo restigio de vida, el ultimo poblado humano.

Takeda Ieyasu y su discipulo Yiang se detubieron cuando pudieron divisar Alberadin… El ultimo poblado humano en territorio oscuro, nadie entiende muy bien como pueden vivir tan apartados de la humanidad, tan apartados de la vida, y rodeados de aquellas bestias oscuras, Maestro y pupilo observaban y estudiaban la situacion, Yiang se mostraba ya intranquilo –Maestro, ¿cual va a ser nuestra forma de actuar?- Takeda se aseguraba de que todas las partes de su armadura estubiesen bien atadas –Tenemos que estar preparados para cualquier cosa joven Yiang, actuaremos según la situacion lo requiera, pero en un principio, tenemos que mostrarnos tranquilos y educados. Recuerda que actuamos vajo la proteccion y las ordenes del consejo de ancianos, la ley- Una muralla de madera fabricada con restos redeaba el pequeño poblado, los vijias permanecian inmoviles en lo alto de sus puestos, con su mirada fija hacia el bosque, solo las llamas, en su funcion de farolas, arrojaban algo de luz tenue sobre las calles de tierra de aquel pueblo, un sequito de bienvenida esperaba a los dos enviados en el porton de la entrada, un encapuchado junto a 2 guerreros- bienvenido Maestro Ieyasu- dijo con tono tranquilo y firme el encapuchado, agachando la cabeza en forma de cordial saludo y continuo –Los amigos de la republica y del consejo se muestran ante ti para ayudarte en lo que necesites- Takeda respondio el saludo sin sorprenderse, nadie tenia que recibirles, pero no le sorprendio que el consejo hubiese mandado a alguien que le vijile en una mision tan importante, esto requeria un cambio en los planes, ya que “el plan alternativo” del Anciano Miscrov Huadatsi tenia que llebarse acabo con sigilo y cautela, nadie podia saber nada, y menos el consejo o sus espias, almenos por el momento –Llebamos todo el dia caminando por estas tierras, y mi discipulo esta cansado- -maestro yo…- Ieyasu le corto –necesitarems una posada donde descansar y por la mañana seguirems con nuestra mision- Takeda empezo a caminar adentrandose en el pueblo, con la intencion de que la conversacion avanzase, el encapuchado se puso a la altura del guerrero, dejando atrás al discipulo y cerrando el grupo los 2 guarda espaldas, solo la calle central tenia adoquines –me sorprende este poblado, esta avanzando a pesar de estar en tierras oscutas, ¿que se sabe de nuestro asunto?- el encapuchado no tubo mas remedio que contestar a el maestro Takeda –el objetivo se encuentra a un par de kilometros mas al sur de aquí, en una casa solitaria en medio del bosque, la verdad, es que nadie entiende como esas alimañas oscuras no atacan a esa mujer, ni porque vive sola en medio del bosque- Takeda se detubo en la puerta de la posada, Yiang se puso rapidamente a su lado un paso por detrás de el, el maestro era muy maniatico con esas cosas devido a su educacion tradicional como samurai, el encapuchado paro cara a cara con el guerrero y los guardaespaldas justo detrás de el, expentantes. –Le deseo una feliz noche maestro, descanse y le esperaremos al amanecer a la salida del pueblo. Ieyasu se dio media vuelta y entro en la posada seguido por su discipulo.
-¿Podemos fiarnos de ellos jefe?
-El maestro Ieyasu siempre a sido extremadamente fiel al consejo, no creo que nos de problemas, cuando llegue el momento ya sabeis que hacer, espero no tener que ocuparme yo mismo…

Una vez ya en la habitacion, Takeda empezo con su ritual de desarme, preparandose para domir. Yiang desato la vara que portaba en la espalda, el arma en la que el aprendiz era maestro –¡Joven aprendiz!- exclamo tekada – deja tu armadura puesta, partirems a media noche, ahora duerme y descansa- El maestro puso su armadura estendida sobre la cama, incluido el casco, cogio su katana y se sento en el suelo con ella listo para dormir..
Podian dormir tranquilos, estaban asalbo de los oscuros, el poblado estaba fuertemente protegido a conciencia, los mejores guerreros salvaguardaban a la gente que ahí vivia, ya que los guerreros mas bravos y fuertes se tomaban como reto el sobrevivir ahí y acudian de todos los rincones de la republica.
-Yiang despierta! Tenemos que partir ya!- el joven se incorporo, aquí el sonido de la noche es muy diferente, las alimañas se muestran ausentes, porque no las hay, encambio si se oyen gritos y craqueteos en la lejania, sonidos tenebrosos que solo el mal puede emitir… Ya estaban los dos listos para acudir a la voluntad del consejo de ancianos, especialmente a la de el anciano Huadatsi. Saltaron el muro y se avalanzaron sobre el bosque, ocultando sus pasos en la maleza del bosque,los dos eran expertos en moverse en la oskuridad, casi parecia que veian en ella . Mientras corrian entre los arboles las dudas se apoderaron del joven e inexperto Yiang –Maesto, ¿Por qué salimos en mitad de la noche y no esperamos para ir junto con la escolta del consejo?- -porque no son escoltas, sino espias, su mision no es sino vijilar nuestros pasos para que no nos salgamos de lo estipulado, y como bien sabes, tenemos un “plan alternativo” tenemos que encontrar “La llave de la liberacion eterna”  solo asi hayaremos la paz, y llebarsela al maestro Huadatsi a espaldas del consejo, luego, el ya rendira cuentas ante el consejo del que el forma parte como uno de los miembros mas destacados, nadie le dara la espalda ante su decision- siguieron avanzando en direccion al sud, bordearon las colinas y al pie de la montaña encontraron la casa que buscaban. La noche estaba tranquila ninguno de los seres oscuros se avia interpuesto en el camino de los dos guerreros, talvez demasiado tranquila… la idea oscilaba en la mente de Takeda pero nunca tubo demasiado peso, la mision tenia que continuar, el precio por la liberacion eterna era demasiado bajo en comparacion a su gran peso y valor para la humanidad. Entraron en la casa esperando encontrarse con la mujer que ahí vivia Pero solo hayaron el cuerpo sin vida de la mujer en medio de un charco de sangre aun caliente junto a unas huellas que salian de la cabaña por la puerta trasera y adentrandose en el bosque en direccion oeste, Takeda y Yiang las siguieron con premura y se adentraron en el bosque en busca del asesino de la mujer ya que sabian con total certeza que alguien se les habia adelantado y habia interceptado “la llave” antes que ellos, siguieron el rastro como dos lobos hambrientos avanzando en la oscuridad sin descanso, las huellas se dirigian a un claro que habia a unos cientos de metros, no vacilaron en ponerse a descubierto por seguir su camino, y ahí sobrevino el error, el maestro Ieyasu se percato demasiado tarde de la emboscada y un fuerte golpe en la cabeza hizo que el maestro se tambaleara y callera pocos metros mas adelante, un ensordecedor pitido fue el telonero de una oscuridad total y la perdida del sentido… Cuando el maestro abrió los ojos, encontró un panorama alarmante, su alumno estaba combatiendo a muerte contra los dos guardaespaldas del encapuchado, pero no era eso lo que le preocupaba a Takeda ya que conocía a los dos mercenarios uno de ellos el mas grande y fuerte, mas grande incluso que el propio Maestro Ieyasu, era Thorlak un bravo Vikingo de mas de dos metros, sus armas un mandoble y un prominente y mortal hacha, un hacha que el chico no podría apenas ni levantar, pero el aprendiz era hábil con su vara, y mucho mas rápido que ambos guerreros, el otro ocultaba su rostro pero solo un rápido vistazo del maestro hacia falta para saber que no se trataba de un guerrero tan poderoso como el vikingo, pero, lo que en realidad preocupaba a Takeda era que el encapuchado se acercaba sin pausa hacia Yiang por su espalda, el joven estaba distraído por la pelea y a menos que Takeda hiciese algo, ese hecho iba a tener consecuencias mortales, Takeda lucha con todas sus fuerzas por levantarse, y apoyándose en su Katana utilizándola como muleta trata de erguirse para detener al encapuchado quien ya desenvainaba su espada, logro ponerse en pie, pero al dar sus primeros pasos Takeda encontró de nuevo el suelo, sacudió la cabeza para centrarse y retomo su misión, alzo la mirada y no pudo mas que ver lo inevitable: -Nooooooo- no pudo mas que gritar, el siniestro encapuchado salto y hundió su espada en el hueco entre el cuello y el omoplato justo donde la armadura Yiang era totalmente vulnerable, clavo con tanta fuerza su espada, que le rompió la clavícula con la empuñadura y la punta del arma asomase en la parte baja del vientre, la muerte se dibujo en los ojos del joven guerrero, quien tosió sangre en forma de su ultimo aliento de vida. –¡¡Bastardos!! ¡En este mismo bosque no hayareis mas que la muerte!- el encapuchado y sus “protectores” hecharon a reir mientras avanzaban lentamente hacia el Maestro Ieyasu, quien se preparo para la batalla, los cielos parecia que habian sentido la muerte del joven guerrero y empezaron a llorar su perdida enfurecidamente -¿Cómo has dicho Takeda? Creo que no estas en posición de amenazar a nadie ya que en tu horizonte asoma ya tu muerte- Ieyatsu lanzo la katana a un lado y todavía incando la rodilla agarro con fuerza la empuñadura de su nodachi que asomaba tres dedos su oja –Creo que me subestimas.- con un movimiento de muñeca sumado a un golpe de cadera desenvaino su nodachi alcanzando a los tres asesinos, el primero, el enmascarado, perdio las piernas, el segundo, el encapuchado partiese por la mitad, y su brazo tambien dejo de ser suyo y el vikingo a quien le dio tiempo a alzar los brazos en busca de sus armas, abriose el vientre desparramando sus entrañas y descolgandose asta tocar el suelo, los tres calleron con la  fuerza velocidad y violencia de un rayo, rayos que apuñalaban esta misma noche horrorizados por los crímenes. Un llanto rompio la tragedia, Takeda no reconocia muy bien el sonido pero aun asi se dirigio hacia el, pero antes se acerco al cuerpo sin vida de su discipulo, lo puso boca arriba y con la entereza que solo un verdadero maestro podia tener saco su bolsa y de ella dos monedas de oro que deposito sobre los parpados del chico –Esta es mi ofrenda para que el alma de mi discipulo llegue a buen recuado junto a los dioses-. Las monedas de oro solo se ofrecian para la familia, Takeda siguió el ritual que un padre seguiria con su propio hijo. Aguardo unos segundos meditando, los llantos le llamaban y se alzo para seguir su camino en busca de lo que originaba tal estruendo, ahí entre las sombras, al pie de un gran arbol, entre unas mantas, encontro un pequeño ser humano, un bebe de pocos dias, un poco palido, prácticamente gris, el nunca habia visto ninguno, no sabia lo que era, ni siquiera sabia que un humano podia ser tan pequeño, -¿pero como?- se pregunto, -ya hace mas de cien años que no nacia ningun humano- las dudas asaltaban a el maestro quien se preguntaba si aquel bebe era “la llave de la liberación eterna” el elegido talvez. Takeda envolvió a el bebe con las mantas y lo cojio en brazos para retomar la marcha y regresar junto a el maestro Niscrov Huadatsi con la mision cumplida, pero antes se acerco para registrar los cadáveres que habia dejado anteriormente en el suelo, parece que Thorlak todavía vivia pero eso no le preocupaba en absoluto a Ieyasu, su atención se centro en el emascarado ya que al partirlo en dos la sangre que broto de el era negra y espesa, pegajosa incluso y eso le sorprendio, sus sospechas se confirmaron encuanto le quito la mascara pero aun asi se sorprendio Takeda se incorporo cojiendo a el bebe y empezo a caminar hacia la frontera, y a pocos kilómetros de ahí habia quedado con el sabio anciano Niscrov para entregarle al pequeño. Dolido por la perdida de su discipulo pero con esperanza en su corazon por tener en su poder al elegido, camino con brio para llegar lo antes posible a su destino, “la llave de la liberación eterna” se hayaba en su poder.